Todo me parecía perfecto, vivir con una familia americana, estudiar,
trabajar, viajar, hacer amigos... dije ésta es mi oportunidad!.
El proceso de inscripción duro aproximadamente 6 meses los
cuales fueron muy ocupados entre hacer un vídeo con los niños, terminar las
horas de cuidado de niños requeridas y estudiar un poco de inglés (No quería
tener problema por esto); Así transcurrieron estos meses entre despedidas y mucho estrés por esta nueva aventura que comenzaba.
El 22 de Septiembre de 2013 el avión aterrizó en NYC, tenía
sentimientos encontrados entre haber dejado mi familia, mi país, todo lo que me
rodeaba y embarcarme en esta aventura donde en ese momento mi vida se resumía a
un equipaje y muchas ansias de cumplir mis sueños. Pasaron los días de
inducción, entre conocer nuevas personas, nuevas culturas he intentar
comunicarme con mi familia en Colombia con un poco de nostalgia, lo cual fue
casi imposible pues aun no tenía un celular en US.
Pasaron esos días y el 26 de Septiembre tome un vuelo a
Chicago donde vivía mi Host family, todo se me pasaba por la mente, ¿Cómo serán?,
¿Donde los busco?, ¿Cómo los saludo?, ¿Me ira bien con los niños? demasiadas preguntas
rondaban mi mente y miles de emociones por mi corazón. Recuerdo haber llegado
al Midway Airport y empezar a caminar por unos largos pasillos, unos minutos
que se hicieron eternos.... Finalmente pude distinguir a una familia que tenía
un letrero que decía Lili y ver tres pequeños revoloteando alrededor, dije:
Ellos son los míos!.
En el trayecto hacia la casa todo era demasiado nuevo para mí
apenas podía hablar en inglés y querían saber detalles del vuelo, yo solo
quería llegar a dormir pues habían sido muchos días de ansiedad, poco sueño y
muchas actividades.
Al día siguiente me levante muy temprano, lista para este
nuevo reto y la oportunidad maravillosa que estaba teniendo, desayune muy
temprano y empecé a observar cómo funcionaban las cosas en la casa, mi host mom
una mujer muy disciplinada me organizaba un horario cada semana con las
actividades nuevas que tenían los niños cada día, los primeros días fueron de
inducción donde estaba conociendo a los niños y estuve sola con ellos por un
buen rato en la biblioteca del pueblo.
Los días transcurrían y aprendía que la vida en este país corría a la
velocidad de la luz, los niños tenían demasiadas actividades extracurriculares
y mis días se pasaban entre tareas, snaks y deportes. Empezaba a sentí la
necesidad de ir al ritmo de ellos, de estudiar inglés para comunicarme mejor
especialmente con los niños, de organizar mi nueva vida, planear mi horario de
estudio, conocer nuevas amigas y poder compartir esta experiencia.
Cada día era un nuevo reto para mí, terminaba exhausta pero
agradecida por todo lo que vivía, la consejera de Zona me recibió amablemente,
conversamos, me mostro lo que hacían en el Clúster, las reuniones y viajes que
organizaban, los collages a los cuales podía asistir y que cursos podía tomar,
era demasiada información para mi si aún estaba entendiendo el nuevo ambiente donde vivía!
Poco a poco entendí por fin después de muchos meses qué es
ser Aupair; Vivir esta experiencia es
mucho más que un intercambio para aprender inglés, es involucrarte con una
familia que apenas conoces, eres la mano derecha de estos padres que viven con
un ritmo de vida muy diferente al de mi país. Aupair es ser la compañera, maestra, hermana, amiga de estos niños y de toda la
familia, es aprender a ser madre, es entender la responsabilidad de cuidar a
los niños y la dedicación y entrega que este trabajo requiere. Viví como Aupair y fue una experiencia que
cambio mi vida!.
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